Como ya comentamos en el post de junio, Poio es un municipio no tan "popular" como Sanxenxo, pero con mucho que ofrecer a los viajeros que opten por destinos poco masificados.

Llega septiembre, un més óptimo para visitar esta zona con tranquilidad y descubrir nuestra gastronomía, nuestros vinos, nuestro paisaje y nuestra historia a través del rico patrimono cultural con el que cuenta esta villa.

De nuevo ¡BIENVENIDOS A POIO!

Comenzamos este post por EL PARQUE DE LA MEMORIA

Imágen del diario Pontevedra Viva

El intelectual argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la paz en 1980, diseñó el parque da Memoria para el Concello de Poio tras ser nombrado hijo adoptivo del municipio.

Esquivel, un activista en favor de los derechos humanos, cultiva el ensayo, la pintura y la escultura, y tiene una vinculación con Combarro, de donde partió su padre emigrante.

El parque es uno de los emblemas del área recreativa y natural más grande del municipio, en la que se reúnen zonas de paseo, parques infantiles e instalaciones deportivas abiertas al público.

El monumento, situado en el espacio público de A Seca, está asentado sobre una gran rosa de los vientos. Para elaborarlo se emplearon más de 120 toneladas de granito.

La Isla de Tambo

Imágen del diario Faro de Vigo

La Isla de Tambo, ubicada justo frente a Hotel Villa Covelo, pertenece geográficamente al municipio de Poio, pero administrativamente al Ministerio de Defensa.

Tambo cuenta con dos playas unidas en la parte norte de la isla y con tres pequeños embarcaderos.

Los primeros indicios de habitación de la isla se encuentran en la zona más elevada de la isla, donde existen restos de un asentamiento castreño de la Edad de Hierro.

En la edad media se construyó el monasterio benedictino de Santa María de Gracia fundado por San Fructuoso que se fue derruyendo con el paso de los siglos y del que queda todavía en pie la antigua iglesia monasterial dedicada a San Miguel y la magnífica fuente. Dicho monasterio fue destruido por los ataques del pirata Francis Drake.

En 1865 se establece una leprosería, cuyos restos se conservan todavía hacia el interior de la isla. Existe también un sepulcro antropomorfo medieval.

Tambo estuvo habitado hasta el siglo XVIII por gente proveniente de la vecina parroquia de Combarro (Poio), que siguieron trabajando durante mucho más tiempo las tierras de la isla tras haber abandonado la pequeña aldea que en ella habían establecido.

La isla fue de uso castrense desde mediados del siglo XX hasta 2002. Entre las instalaciones militares había un polvorín subterráneo de la Marina, hoy abandonado y en ruinas. Tiene varias casitas en la costa norte, alguna barraca y la casa del oficial donde se alojaba el oficial asignado a la patrulla de vigilancia de turno encargada de custodiar la isla.

Desde Combarro parten excursiones que permiten observar con detalle este enclave, y también los parques de bateas mejilloneras de Combarro y Raxó, próximos a la isla.

Las rutas, espacios naturales y áreas recreativas que no te debes perder.

Imagen de Terras de Pontevedra

El mejor emblema de la historia agrícola de Poio son sus molinos.

Aunque el municipio no tiene grandes ríos, suma nueve cursos fluviales que fueron aprovechados para construir decenas de molinos con los que convertir en harina el trigo, y más tarde, el maíz.

Los molinos son construcciones sencillas, con paredes de piedra y elementos de madera, en las que los engranajes son movidos por el empuje del agua.

El Concello de Poio ha multiplicado esfuerzos por mantener y conservar estas moliendas, que habitualmente eran posesiones familiares o de dominio compartido.

Existen dos rutas de senderismo en torno a estas construcciones: la más larga es la ruta dos muíños de Samieira (5,5 km), con 23 ejemplos en distinto estado de conservación a lo largo del río Freiría. La ruta parte de la Praza Romay Besada, en Samieira (PO-303). La otra, la ruta da Freixa (1,8 km), con 7 molinos, tiene su inicio en la ensenada de A Seca.

Poio está lleno de rincones desde donde disfrutar de un entorno natural y de una panorámica excelente de la ría.

Imágen de Galicia Máxica

Ascendiendo hacia el monte desde las inmediaciones del monasterio en la parroquia de San Xoán, nos encontramos el área recreativa de Monte do Castro. Si tomamos como punto de partida Combarro, el viaje hacia la zona alta nos regalará una parada en Fonte da Armadiña, mientras que, si elegimos Samieira, el trayecto nos llevará al área recreativa de río de Bois.

Mención especial merece el monte do Castro por su bosque de sequoias, El bosque de Colón. Una zona, situada a casi 500 metros sobre el nivel del mar, con unos 450 ejemplares de sequoia roja que fueron plantados en 1992 para conmemorar el quinto centenario del descubrimiento de América y como símbolo de la hermandad entre el Viejo y el Nuevo mundo.

La ensenada de A Reiboa-A Seca, es un espacio natural con vegetación de marisma. En él que se puede disfrutar del contacto con el medio y de actividades al aire libre.

La senda litoral da Ostreira discurre desde la explanada de a Seca hasta el muelle de Campelo. Además es posible enlazar este paseo con el de la ensenada de Lourido (San Salvador de Poio). Un paseo que une las playas de esta zona con el área recreativa de Lourido.

Con esto terminamos el recorrido por Popio, esperando haberos generado curiosidad por nuestra villa y ganas de explorarla por covostros mismos. Tenéis información detallada en la página de turismo del Concello de Poio.

¡Nos vemos en Poio! 🙂

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