El pasado fin de semana disfruté de las Rías Baixas y de todos sus encantos.

Me alojé en el Hotel Villa Covelo, de categoría 3 estrellas, situado en el municipio de Poio (Pontevedra). Hotel acogedor y familiar, con una ubicación fantástica para conocer otros rincones de Galicia , dispone de 50 habitaciones, bien equipadas y con diferencias entre ellas tanto en espacio, decoración y distribución, para poder adaptarse a las distintas necesidades del cliente.

Además de todos los servicios que ofrece, de las instalaciones y del buen tiempo que ayudó también a que lo valorásemos tanto, quiero resaltar en este post el importante papel del anfitrión.

Cuando llegamos, nos recibieron con una amplia sonrisa, y aunque en ese momento había clientes en la zona de recepción, enseguida, con un gesto, ya nos hicieron sentir que estábamos atendidos. El check in, realizado por Olga, a la que desde aquí le doy las gracias, fue relajado, preguntando como había ido nuestro viaje, comentando también las posibilidades de la zona, en una conversación fluida, no en un monólogo memorizado y autoritario (que los he sufrido en otras ocasiones).

Después de dejar las maletas, nos preguntaron que tal había ido todo, si necesitábamos algo etc.. Y digo todo esto, porque aunque puede resultar que es lo más común en un hotel, por desgracia, a veces no lo es y creo que es necesario ponerlo en valor. Esa misma noche, me acordaba del blog de Javier Martín, autor de Pasión por los hoteles, en donde podemos leer en varios de sus artículos, la importancia de la sonrisa, la experiencia y la pasión en un buen host o anfitrión.

Terraza en la última planta.

No podemos olvidar además, que este tipo de hoteles son grandes embajadores del destino que se visita. Es cierto que todos nos informamos antes de emprender un viaje y nuestro teléfono y sus apps casi son más importantes que la maleta (😉 ) pero siempre nos gusta contrastar la información con la persona que nos da la bienvenida en el hotel: qué playa visitar, qué zona es buena para ir a pasear, donde cenar…y al final, solemos seguir sus indicaciones, aunque luego volvamos a sacar el móvil para reconfirmarlo todo.

Paseo al borde del mar

Dirigir un hotel de estas características en una zona, ya saturada de pequeños hoteles y apartamentos como es las Rías Baixas es un desafío, pero Raquel Santamaría, su directora lo tiene claro: Ella apuesta por la innovación, y no hablo de la tecnológica en este caso. Innovación en los servicios, novedades en las habitaciones o pequeños detalles en las zonas comunes. Todo esto para conseguir que el producto, que el hotel sea diferente. En los últimos años ha conseguido diversificar el tipo de cliente, y ha incrementado el número de repetidores, que vuelven, año tras año y compaginan el descanso con la gastronomía, el turismo cultural o la visita a las bodegas cercanas.

El hotel Villa Covelo ha tenido una gran capacidad de adaptación a las nuevas tendencias (turismo experiencial, diferenciación, canal online) manteniendo la calidad en la atención al cliente, consiguiendo que todo su personal haga en un momento determinado, y en más o menos medida, la función de un buen anfitrión.

Posted on July 10, 2016 por Paula Moreno, https://empleoyturismo.com/

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